viernes, 6 de febrero de 2009

La primera creación poética

Los primeros pasos de la poeta nacional Ingrid Lobos Inzunza se identifican con una poesía sentimentalista, marcada por una notable tendencia a la evocación melancólica. En ella podemos visualizar su afán por crear un sujeto amoroso que habita en el pasado, lo cual se pone de manifiesto en el recuerdo de una situación ya vivida.

En esta poesía, al contrario de lo que sucede en sus posteriores producciones, predomina un sentimiento positivo del amor, la posibilidad de que el destino una nuevamente al hablante lírico con la figura amante, la añoranza de un antiguo encuentro feliz y la visión optimista de los amores a distancia:


QUIZÁS

Quizás,
no oirás
cantar la gaviota en el mar
o no escucharás
mis carcajadas tras la frontera
ni siquiera mis huellas
en la arena encontrarás,
porque el tiempo
se encargó de borrarlas de tu memoria
Sólo mi silueta
se dibujará en tu mente,
es decir, mi sombra,
ya que ni mi cara
recordarás al verme,
pero, quizás,
este adiós no sea para siempre
y en ese lugar
donde cantó la gaviota
o escuchaste mi risa
tras una luz fugitiva
nos encontremos sin querer
como la primera vez.


Aunque todos sus poemas tienen un estilo simple, su primera producción es más directa y no presuntuosa. Ante todo pretende llegar para quienes está escrita: los jóvenes.

Su producción posterior se caracteriza por una meditación profunda sobre la creación poética, el amor, la naturaleza y la recreación de situaciones por medio de la palabra. Amante del verso libre, deja volar las palabras, pero cuidando de no caer en neologismos. Esta etapa es más intelectual, emplea mucho las figuras literarias como la prosopopeya, el símil, la metáfora, la anáfora y el asíndeton. Se ciñe a la puntuación, porque señala que al lector hay que enseñarle a leer poesía. No utiliza la rima, pero sí sus poesías tienen una musicalidad para ser sentidos interiormente.

EN EL MAIPO

El sol se recuesta crapuloso
sobre los altos pechos montañeses,
mientras el río anuncia
su ópera desde la quebrada
y como un ave
se desliza el aire por el sendero
arrastrando mis hebras castañas
hacia tu rostro algarabío.

La luz del día ya no tiñe
de verde la solana espesura
y las bestias se recogen
silenciosas a los establos,
el sauce encogido ha cesado su llanto
es de noche en San José de Maipo.

Incorporándonos,
salimos de entre las rocas
caminamos hacia la carretera
anhelando otras gentes.


Algunos de sus referentes son Carlos Pellicer, José Batlló y Pablo Neruda.

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