sábado, 15 de septiembre de 2012

Publicada en revista Avance Cultural Nº10


LAS GOTAS ENTRISTECEN EL PARABRISAS

Las gotas entristecen el parabrisas
mientras el calidoscopio paisaje
se dibuja serpenteante en las callejuelas
el chofer prende la radio
y la hondonada música
revienta en las membranas
¿a quién? digo ¿a quién?
¡a nadie le importan las letras!
a nadie
el ronco brío del viejo motor
me seduce, me llama aclamarlo
aquel viejo pulmoniento
que revienta con los cambios de ánimo
de un flemático conductor
la gente sube, baja, acrecienta, expande el cólera
del insano sujeto
alguien ha suplicado desde lo bajo
las miradas rezan por los abandonados
las ruedas rotan con singular apatía
me recuesto en mi asiento
en mi escuálido cuerpo
en cuyos puentes sanguinolentos
pululan las células
que portan el cantavoz
de la mayestática simpleza de lo corriente
que me arrastra
como el viento al paso de la bandurria
que me ha indicado el camino
componer es la palabra
que habita en la soledad del poeta.

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