martes, 17 de febrero de 2009

Selección de cuentos de Santiago en 100 palabras

OTROS

Su boca carnosa era como un imán para mis labios, me acerqué y en un segundo nos juntamos en un beso. Era un día cálido, pero la tarde amenazaba con retirarse en cualquier momento, así que, luego de un rato, decidimos partir con ese leve tambaleo que tienen los pies después de unas cervezas. Tomamos nuestras cosas y dejando atrás el río, caminamos hacia la carretera abrazados, con la mirada un poco más brillante que al llegar, aunque él continuaba anhelando otras gentes, otros lugares, otros problemas, otras responsabilidades, otros afectos…La verdad es que el amor viene en frasco chico.

EL ESPECTADOR SILENCIOSO



Me preguntó por qué llegamos a ese extremo y yo no supe que decirle, se enjugó las lágrimas del rostro y con un beso en la frente coronó nuestra despedida. Todos los recuerdos quedaron sepultados bajo su mirada algarabía, mientras tomaba su chaqueta y yo, sola como siempre, quedaba circunscrita a la pequeña casa. Me tocaba el vientre con ambas manos y mi bebé ahora se movía con un leve compás. Vivía y eso me tranquilizaba. Lo único que deseaba era olvidar la escena de la noche anterior, pero en mi rostro permanecía la marca de su mano aún visible.

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